jueves, 4 de julio de 2019

PROPUESTA DE GESTIÓN INSTITUCIONAL PARA EL OSINFOR - Ríos




PROPUESTA DE GESTIÓN INSTITUCIONAL PARA EL ORGANISMO DE SUPERVISIÓN DE LOS RECURSOS FORESTALES - OSINFOR

Por: Favio Ríos Bermúdez - 12 de junio de 2019

INTRODUCCIÓN

El Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR) es una de las entidades públicas fundamentales para la gestión del bosque, junto con el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), las autoridades forestales regionales (AFR) y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP).

Esta propuesta de gestión institucional para el OSINFOR tiene un enfoque de resultados y servicio a la ciudadanía y se enmarca en sus instrumentos de gestión. Su objetivo es contribuir a mejorar la gobernanza forestal, aprovechando las oportunidades de un contexto institucional que muestra avances promisorios como la designación vía concurso público del Director Ejecutivo del SERFOR, máxima autoridad forestal; mejoras en el liderazgo de la Comisión Multisectorial Permanente de Lucha Contra la Tala Ilegal (CMPLTI), y el proceso para la elección del/de la Jefe/a del OSINFOR, entre otros.

La propuesta reconoce que el OSINFOR es una pieza clave del rompecabezas llamado Perú y el logro de sus objetivos estratégicos requiere también del éxito de otras entidades del sector forestal. Por tanto, la coordinación, el diálogo y la articulación interinstitucional, así como desprendimiento de egos institucionales y personales, son imprescindibles para su implementación exitosa.

En las secciones siguientes se desarrolla brevemente el contexto, la gobernanza forestal, las propuestas de gestión y finalmente las conclusiones.

DESARROLLO

Contexto

El sector forestal es regulado por la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley Nº 29763, publicada en el año 2011), la quinta legislación forestal desde la aprobación de la primera Ley Forestal peruana completa (Decreto Ley Nº 14552 de 1963)[1], que cumpliría 60 años en el 2022. El OSINFOR cumple en este mes su décimo primer año de creación y las AFRs asumieron las funciones en materia forestal desde el año 2009. El SERFOR, que cumplirá 5 años de antigüedad en julio, es la entidad de más reciente creación y fue precedido por la Dirección General Forestal y de Fauna Silvestre, que antes fue la Intendencia Forestal y de Fauna Silvestre, previamente la Dirección General Forestal, y así retrospectivamente hasta llegar al año 1961 cuando se creó el primer Servicio Forestal y de Caza[2]; en todos los casos, siempre adscrita al sector agricultura, ahora Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI).

Este rápido recuento histórico muestra que la evolución normativa e institucional ha sido el mecanismo para organizar y regular un sector cuyas acciones se articulan con cadenas de valor formales, informales e ilegales incluso a escala global, aunque emergen en un espacio geográfico rural con desarrollo limitado e incipiente presencia Estatal. Luego de casi 60 años de intentar “perfeccionar” las leyes, complejizando los arreglos institucionales para diferenciar la legalidad de la ilegalidad, las regiones con los bosques más extensos del país (Loreto y Ucayali juntos representan el 37% del territorio nacional y 64% de los bosques del país[3]), se encuentran en los puestos 22 y 17 (de 25 regiones) del ranking del Índice de Competitividad Regional 2019. El ranking de la tercera región forestal, Madre de Dios, (entre los 10 primeros puestos desde hace algunos años[4]) está vinculado a la Carretera Interoceánica y al crecimiento económico generado por cadenas de valor informales e ilegales del sector minero, acompañado de un empeoramiento en la seguridad ciudadana, un debilitamiento de la gobernanza y de amenazas al bosque ya documentadas[5].

Si bien los procesos de descentralización y ordenamiento territorial fueron oportunidades para abordar los retos del sector forestal en el contexto (problemática y oportunidades) del ámbito regional, éstos han quedado truncos y los estudios técnicos no han arribado a políticas públicas nacionales o regionales de desarrollo que orienten la inversión pública a la mejora de la competitividad y que creen condiciones y regulen la inversión privada sostenible.

La disonancia entre la creación y mejora de instrumentos legales y de renovación de la institucionalidad forestal y las limitaciones objetivas en las condiciones básicas de vida y de desarrollo económico local y regional, debe ser tomada en cuenta y abordada por los decisores de políticas nacionales, así como por los encargados de aplicarlas.

Las regiones forestales del Perú, que albergan la mayor biodiversidad del país, son de importancia global[6] y su participación es imprescindible para el logro de los objetivos de mediano y largo plazo del Plan Bicentenario: lograr un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y un ambiente que permita una buena calidad de vida para las personas, garantizar que las industrias extractivas se realicen en las mejores condiciones ambientales que posibilita la tecnología moderna; aprovechar la biodiversidad y los recursos renovables para impulsar nuevas actividades económicas inclusivas de alto valor agregado y sostenibles[7].

La Visión del Perú al 2050, que establece como segunda prioridad la gestión sostenible de la naturaleza y medidas frente al cambio climático tampoco será posible sin el concurso de estas regiones pues en efecto, la gestión y aprovechamiento sostenible de los ecosistemas compromete a todos los actores de cada territorio en la conservación de la riqueza biológica y el aprovechamiento eficiente y sostenible los recursos naturales[8].

Es decir, la muy revisada y completa legislación forestal y la diversidad de entidades públicas involucradas en la gestión del bosque, deben ser acompañadas de acciones intersectoriales para incrementar la presencia estatal, fortalecer la gobernanza regional y reducir la brecha de competitividad en las regiones forestales, de manera que se construyan condiciones para la aplicación de las políticas de fiscalización que el OSINFOR tiene el mandato de cumplir, contribuyendo de esta manera al crecimiento económico sostenido con la conservación de los recursos naturales.

Gobernanza forestal

El sector forestal involucra a una serie de actores que van más allá del SERFOR, las AFRs y el OSINFOR. De acuerdo con la Ley 29763, el SERFOR es la autoridad nacional forestal de fauna silvestre y ente rector del Sistema Nacional de Gestión Forestal y de Fauna Silvestre (SINAFOR) y se constituye en su autoridad técnico-normativa a nivel nacional, encargada de dictar las normas y establecer los procedimientos relacionados a su ámbito. El SINAFOR está conformado por ocho ministerios y nueve entidades públicas, contando con el SERFOR.

Che Piu (2018)[9], ha identificado cinco espacios de gobernanza forestal priorizados que son perfectamente complementarios y no se contradicen entre ellos: SINAFOR, Sistema Nacional de Control y Vigilancia Forestal y de Fauna Silvestre (SNCVFFS), Consejo Directivo del SERFOR, Comisión Multisectorial Permanente de Lucha Contra la Tala Ilegal (CMPLTI) y la Mesa Ejecutiva de Desarrollo del Sector Forestal (MEDSF).

El OSINFOR ha identificado a 7 entidades con las que debe vincularse en un proceso de fiscalización en Primera y Segunda instancia administrativa: SERFOR, Órganos de Control Institucional de los Gobiernos Regionales (OCI), Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), Superintendencia Nacional Tributaria (SUNAT), AFR, Ministerio Público y Poder Judicial.

El OSINFOR no cuenta con un Consejo Directivo, sin embargo podría evaluarse su pertinencia para agregar valor a la organización, con independencia y capacidad analítica, incluyendo una diversidad de actores con la experiencia relevante para generar propuestas con criterio e innovadoras en su gestión.

Propuestas de gestión

En el Plan Estratégico Institucional 2019-2022 modificado del OSINFOR, se ha definido como misión supervisar y fiscalizar el aprovechamiento sostenible y conservación de los recursos forestales, de fauna silvestre, así como de los servicios ambientales provenientes del bosque, vinculados a los títulos habitantes contribuyendo al beneficio de los ciudadanos, para su sostenibilidad, de forma objetiva, oportuna, responsiva, efectiva y con calidad.

El OSINFOR se enfoca principalmente en tres acciones estratégicas, sobre las cuales se centra esta propuesta, la misma que deberá implementarse a través de una coordinación y dialogo permanente con el SERFOR y las AFRs, con acciones de monitoreo, con un enfoque de mejora continua y de servicio al ciudadano.

I.      Efectividad de los procesos de supervisión y fiscalización de los recursos forestales y de fauna silvestre.

La Supervisión es la acción destinada a verificar en gabinete y/o en campo según corresponda, el cumplimiento de las condiciones y obligaciones contenidas en los títulos habilitantes, así como en los planes de manejo[10].

La actividad de fiscalización constituye el conjunto de actos y diligencias de investigación, supervisión, control o inspección sobre el cumplimiento de las obligaciones, prohibiciones y otras limitaciones exigibles a los administrados, derivados de una norma legal o reglamentaria, contratos con el Estado u otra fuente jurídica, bajo un enfoque de cumplimiento normativo, de prevención del riesgo, de gestión del riesgo y tutela de los bienes jurídicos protegidos[11].

Se propone que la supervisión y la fiscalización se desarrolle: a) con una mirada del bosque en conjunto y no solo respecto al o a los individuos extraídos; b) evaluando previamente y para cada caso si la sanción cumplirá con el fin de reducir la reincidencia de la falta y reducir el impacto sobre el recurso forestal (no generará mayor riesgo de pérdida del recurso forestal en el ámbito de intervención del título habilitante o en su entorno) y c) determinando el impacto de la acción de incumplimiento en la función ecosistémica del bosque para determinar la sanción con un criterio de proporcionalidad.

La fiscalización debe verse y tratarse de una manera distinta. La fiscalización no es un fin en sí mismo sino más bien es (y debe ser) un instrumento para lograr el cumplimiento de las regulaciones, teniendo como finalidad última la tutela de los bienes jurídico-protegidos (el bosque). Por ello, los fiscalizadores deben dejar atrás la idea de que el cumplimiento normativo se consigue necesariamente a través de la represión o sanción administrativa como primera medida. La misión del fiscalizador no es encontrar culpables, sino más bien fomentar que el cumplimiento normativo se haga de manera voluntaria por los sujetos regulados. Para ello, los fiscalizadores deben actuar de manera “responsiva” y adoptando un enfoque de gestión de riesgos[12].

El esquema actual de supervisión que implementa el OSINFOR se puede mejorar y para ello se propone revisar criterios relacionados con los principios para una buena fiscalización y enforcement regulatorio difundidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) en el 2014[13] y que desde el 2018 estarían siendo aplicados por el OEFA. Aun cuando el OSINFOR ya aplica algunos, se propone la revisión de los siguientes para su  incorporación:

1.    Selectividad y priorización: las supervisiones deben enfocarse donde sea estrictamente necesario, para ello es importante desarrollar una matriz de riesgo que permita determinar la frecuencia de supervisión según el perfil de riesgo de los titulares habilitantes y la ubicación geográfica, determinando la frecuencia de intervención y presupuesto de acuerdo con el riesgo potencial. Un mayor riesgo implicará una supervisión más frecuente y con mayor presupuesto. La matriz de riesgo considera los siguientes criterios: i) riesgo del título habilitante en la implementación de los planes de manejo: plan de manejo contiene información inusual o diferentes a los volúmenes promedio por especies, o el titular tiene antecedentes de incumplimiento; ii) riesgo de la ubicación geográfica: zonas de mayor incidencia de infracciones o extracción ilegal; o si se encuentra cerca a una zona con alto valor en biodiversidad (cerca a un parque nacional); y iii) riesgo por los antecedentes de quién lo regenta. La información de los antecedentes de la plataforma SIGO es una herramienta importante y a tomar en cuenta. Dependiendo de la evaluación previa se determinará una supervisión necesaria y oportuna.

2.    Coordinación y consolidación: se debe evitar la duplicación y yuxtaposición de funciones entre entidades fiscalizadoras, así como promover la coordinación interinstitucional, a fin de asegurar un buen uso de los recursos públicos.

Es necesario articular mejor con los OCI de los Gobiernos Regionales para que complementen los procesos generados por el OSINFOR ya sea en Primera o Segunda instancia administrativa, cuando se evidencie el involucramiento de funcionarios públicos en actos vinculados a extracción ilegal de madera. Para ello es necesario articular con la Contraloría General de la República (CGR) para que incida sobre los OCI regionales y priorice una intervención complementaria a la de OSINFOR.

Debe evaluarse el reconocimiento de las certificaciones en manejo forestal. El OSINFOR podrá reconocer las certificaciones forestales como la FSC[14] u otra que indique que el bosque cumple con estándares que describen los elementos o normas esenciales del manejo forestal ambientalmente apropiado, socialmente beneficioso y económicamente viable[15]. Para estos casos se deberá desarrollar un esquema de supervisión diferente porque tomaría en cuenta las auditorias anuales efectuadas por las certificadoras. Debe considerar también una revisión de los sistemas y mecanismos de las auditorias de las empresas certificadoras, así como de su personal auditor. No descartar la opción de tercerizar algún servicio de supervisión (auditorias anuales o quinquenales) con alguna empresa certificadora que se encuentren debidamente acreditadas para llevar adelante estas funciones[16].
Respecto a promover la coordinación interinstitucional, se aspira a construir sobre esfuerzos ya encaminados: “la coordinación entre el SERFOR y el OSINFOR ha mejorado en los últimos meses, nos reunimos cada dos semanas, se ha elaborado una agenda de trabajo conjunta, las alertas que el OSINFOR envía son atendidas rápidamente por la Dirección de Control del SERFOR, existe fluidez y buen ánimo de articulación y esto se expresa en otros espacios como la CMPLTI (A. Gonzales, comunicación personal, 10 de junio de 2019)”.

3.    Gobernanza transparente: debe implementarse o promoverse la mejora de políticas de gestión de los recursos humanos que promuevan el profesionalismo y una gestión basada en resultados. Se debe evitar la interferencia política y el cumplimiento regulatorio debe ser premiado.

4.    Proceso con reglas claras y justas: debe promoverse y comunicarse a los usuarios una legislación coherente que organice las inspecciones y que articule de manera adecuada los derechos y obligaciones de los reguladores y de los sujetos regulados.

5.    Evaluación realista: se debe evaluar el desempeño de los fiscalizadores y el sistema del enforcement en general, en términos de la satisfacción de sus grupos de interés relevantes («stakeholders»), eficiencia (costos y beneficios), y efectividad integral (seguridad, salud, protección del medio ambiente, etc.).

II.    Capacitación de actores forestales.

El OSINFOR, establece entre sus acciones estratégicas el fortalecimiento y desarrollo de capacidades con enfoque preventivo e inclusivo dirigido a los actores forestales y de fauna silvestre involucrados en el aprovechamiento sostenible y su conservación[17].

Adicionalmente, a fin de evaluar y mejorar los procesos de fortalecimiento de capacidades, y fortalecer el enfoque preventivo e inclusivo, tomando en cuenta la priorización de los actores según el nivel de riesgo, es conveniente revisar si el OSINFOR cuenta con un mapa de actores actualizado que sirva de referencia para identificar a los actores involucrados con sus objetivos estratégicos y diseñar un plan de capacitación con indicadores medibles para su implementación. Este debe considerar no solamente a titulares de títulos habilitantes, sino también a autoridades forestales regionales y nacional, regentes (que puede ser implementado a través de algún aliado estratégico para evitar conflictos de interés), así como sociedad civil vinculada con el aprovechamiento de los recursos forestales y de fauna silvestre, y otros que se identifique.

Desarrollar un programa de capacitación constante a los actores identificados. Se propone una estrategia conjunta de capacitación desarrollada con las autoridades de los diferentes niveles (nacional, regional y local), que tienen que ver con la gestión de los recursos naturales, así como buscar aliados estratégicos como programas y proyectos forestales del sector público o privado.

El fortalecimiento de capacidades antes y después del otorgamiento del derecho debe ser la estrategia de largo plazo para prevenir el mal uso del recurso forestal y de fauna silvestre, así como para prevenir que los titulares del derecho incurran en infracciones y requieran sanciones.

Las poblaciones vulnerables como las comunidades nativas, comunidades campesinas y otras poblaciones aledañas a los bosques serán priorizadas en el enfoque preventivo, dado que son titulares y protectores de grandes masas boscosas, y por ello la importancia de fortalecer sus capacidades y sensibilizar la importancia de su presencia en dicho espacio como actores clave para el manejo forestal responsable. Este es el caso de las Unidades Técnicas de Manejo Forestal Comunitario (UTMFC), que se crean como propuesta a través de un proceso participativo, siendo un espacio clave para la prevención y fiscalización responsiva.

El plan de capacitación deberá incluir también el fortalecimiento del recurso humano del OSINFOR. Los fiscalizadores deben ser entrenados para asegurar su profesionalismo, integridad, consistencia y transparencia. Cuando el recurso humano de la institución desarrolla sus labores con eficiencia y eficacia, se pueden alcanzar niveles altos de productividad. Por ello se propone promover de manera constante la ideología de un servicio de alta calidad, de mejora continua y de un trato cordial hacia el ciudadano y hacia otras entidades públicas con las que se articulan.

III.   Generación de información de calidad para el Sector Forestal 

La gestión de la información en el OSINFOR debe tener un enfoque integral, que permita al usuario interno y externo contar con información confiable y oportuna para facilitar la toma de decisiones. Debe utilizarse las tecnologías de la información y comunicación (TICs) para maximizar el enfoque basado en riesgos, la coordinación e intercambio de información, así como el uso óptimo de los recursos.

La transparencia y el proceso de interoperabilidad, es un reto que el OSINFOR viene abordando y  debe ser fortalecido con aliados estratégicos, como SERFOR, Gobiernos Regionales, SUNAT, PNP y otras dependencias que generan información y que puedan ayudar a generar una plataforma articulada para la lucha contra la tala ilegal y la corrupción en el sector forestal.

Los titulares deben estar informados con la debida anticipación de cuándo se efectuarán las supervisiones, qué información es la que se espera recoger y qué espera encontrar el supervisor.

CONCLUSIONES:

1.    La gestión institucional del OSINFOR debe caracterizarse por ser articulada, con un enfoque de gestión de territorios y sobre todo de país, impulsando el desarrollo y manteniendo una disposición de coordinación y diálogo permanente con los otros actores de sector público y privado, con un enfoque de mejora continua, de servicio al ciudadano y búsqueda de cambios en la sociedad.
2.    El sector forestal cuenta con una gobernanza diversa y compleja que amerita incorporar un enfoque de gestión de cambios en el OSINFOR, articuladora y de coordinación, fomentando una buena organización y capacidad de delegación con otras entidades del sector.
3.    Evaluar la pertinencia de contar con un consejo directivo para fortalecer la gobernanza del OSINFOR para agregar valor a la organización, con independencia y capacidad analítica, incluyendo una diversidad de actores con la experiencia relevante para generar propuestas con criterio e innovadoras en su gestión.
4.    Priorizar las supervisiones en función al riesgo (tipo de título habilitante, ubicación geográfica y  antecedentes de quien lo regenta), enfocándose en los tipos y zonas con mayor riesgo de infracciones o extracción ilegal.
5.    Coordinar e incidir con la CGR para que se intensifique la intervención de los OCI de los Gobiernos Regionales, complementando y dando continuidad a las acciones del OSINFOR en los procesos de Primera o Segunda instancia, cuando se evidencie responsabilidad administrativa en funcionarios públicos en actos vinculados a extracción ilegal de madera.
6.    Desarrollar alianzas con agencias certificadoras privadas para intercambiar información y complementarse en las acciones de supervisión.
7.    Abordar la fiscalización como un instrumento para lograr que el aprovechamiento de los recursos naturales se efectué con criterios de sostenibilidad y cumpliendo las regulaciones, en vez de concebirla como un fin en sí misma.
8.    Elaborar o actualizar un mapa de actores forestales vinculados a los objetivos estratégicos del OSINFOR, y diseñar e implementar un plan de capacitación con aliados estratégicos del sector, considerando a las UTMFC como un actor clave, para la prevención y fiscalización responsiva, por ser tenedores y protectores de grandes extensiones de bosque que albergan biodiversidad y brindan seguridad alimentaria. Estos actores pueden constituirse en la bisagra adecuada entre el Estado y las comunidades conducentes de sus títulos habilitantes, para fortalecer la gobernanza comunal y el control de la tala ilegal en sus territorios.
9.    Fortalecer la gestión de los recursos humanos del OSINFOR, promoviendo ideología de servicio al ciudadano.
10.  Articular con los otros sectores para reducir la brecha de competitividad en las regiones mejorando los servicios básicos como educación, salud e infraestructura de comunicaciones, para que sea viable y sostenible la aplicación de las políticas de fiscalización que debe implementar el OSINFOR y de esta manera lograr un crecimiento económico sostenido con la conservación de los recursos naturales.


[1] Dourojeanni, M. 2013. Análisis crítico de la ley forestal peruana. Agenda Ambiental - Boletínn Informativo de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales - DAR. Año: 2 / Número: 4 / Abril 2013. p. 20-32.
[2] Dourojeanni, M. 2009. Crónica Forestal del Perú. Primera edición: 2009. p. 104.
[7] CEPLAN, 2011. Plan Bicentenario: El Perú hacia el 2021. Primera edición: Lima. p. 13.
[8] Acuerdo Nacional. 2019. Visión del Perú al 2050.
[9] Informe Final: Caracterización, evaluación y propuestas para mejorar los espacios de gobernanza forestal en el Perú”. 2018.
[10] OSINFOR. 2017. Reglamento para la Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre.
[11] Artículo 237 del Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley de procedimiento Administrativo General.
[14] Forest Stewardship Council - Consejo de Manejo Forestal 
[16] Tal como se estipula en Artículo 3° del Decreto Legislativo N° 1085, Ley de creación del OSINFOR.
[17] OSINFOR. 2019. Plan Estratégico Institucional 2019-2022 modificado del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre.


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