martes, 21 de julio de 2015

BOSQUES Y CAMBIO CLIMÁTICO 2 - Rocha

Bosques y Cambio Climático

(Segunda Parte)

Wilson Rocha (BOLIVIA)

Coordinador Latinoamericano de la RELADEFA


Los Bosques y el Cambio Climático: Ámbito Nacional.
Bolivia cuenta con una superficie de 1,1 millones de Km2 y una población de 10,5 millones de habitantes. Aproximadamente el 48% de la superficie total de Bolivia está cubierta de bosques, de las cuales 41 millones de hectáreas han sido declaradas como tierras de producción forestal permanente, de estas 11 millones de hectáreas se encuentran en áreas protegidas, 2 millones de hectáreas en tierras con restricción y 28 millones de hectáreas en tierras forestales sin restricción aptas para realizar aprovechamiento.  Cabe mencionar que la mayor actividad productiva a realizarse en tierras de producción forestal permanente es la de aprovechamiento forestal maderable, siendo inclusive considerados a los desmontes ilegales incumplimiento de la función social o económico social de conformidad a lo prescrito por el artículo 2 de la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria Nro.1715, modificada por la Ley de Reconducción Comunitaria Nro. 3545; por tanto, causal de reversión del derecho de propiedad conforme lo establecen los artículos 14 y 15 de la Ley Forestal Nro. 1700.

Según el Informe 2010 de la Autoridad de Control Social y Fiscalización de Bosques y Tierras (ABT), en Bolivia se han deforestado del año 1975 al 2010, más de 8 millones de hectáreas de bosques[1], cabe decir aproximadamente la totalidad y media de la superficie territorial que comprende a la República de Costa Rica, la misma que abarca en hectáreas a 5 millones cien mil.

Sin duda este proceso de desmonte ha tenido sus pros y contras, pues en el corto plazo y desde el punto de vista del crecimiento económico del País, el sector agropecuario se ha constituido en la fuente fundamental de alimentos, materia prima para la agroindustria nacional, empleo e ingresos. Adicionalmente, genera divisas a través de las exportaciones y promueve el empleo mediante el uso del transporte de carga de los diferentes productos tanto agrícolas como pecuarios del área rural a los mercados de consumo internos y externos.

Es importante mencionar que uno de los departamentos con mayores ingresos por el desarrollo de la actividad agropecuaria es el departamento de Santa Cruz, el mismo que centra su desarrollo en los sectores agropecuarios, ganadería y manufacturas (aceites de soya, torta de soya, girasol, caña de azúcar, maíz, trigo, ganado vacuno, bovino, porcino, alimentos y bebidas). Sin embargo, en el mediano y largo plazo los niveles de producción en términos de volumen han decrecido por los efectos climáticos tan drásticos suscitados y la caída de algunos mercados.

En términos nominales en la década 2001-2010 el producto interno bruto departamental alcanzó un promedio de Bs. 25,3 miles de millones de bolivianos, pasando de Bs. 16,5 miles de millones de bolivianos el 2001 a Bs. 34,3 miles de millones de bolivianos para la gestión 2010, generando un crecimiento de 107% del PIB departamental en ese periodo[2].



Fig.1. Imágenes Satelitales del Proceso de Desforestación en Santa Cruz. Contrastes Imágenes 1975 – 2003.

También se debe mencionar que la frontera agrícola en el país ha tenido una tendencia irregular, ya que hasta el año 2007 la expansión presentaba una tendencia ascendente, para reducirse en el 2008 en 3% en el mejor momento a nivel internacional por los altos precios internacionales, mejorar en 5% en el 2009, para luego caer nuevamente en la gestión 2010 en 7%; todo esto también debido a los fenómenos climáticos, la pérdida de algunos mercados y el poco acompañamiento de políticas gubernamentales.

Por otro lado, según datos de The Nature Cosnervancy y el Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo, en Bolivia se deforestan anualmente 300 a 350 mil hectáreas de bosques por el avance de la frontera agrícola, lo cual produce alrededor de 150 millones de toneladas de emisiones de CO2, o 15 toneladas per cápita de CO2 por cada boliviano[3].

Asimismo, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua del Estado Plurinacional de Bolivia, ha informado que durante los años 2010 al 2013 se han deforestado al menos 500 mil hectáreas de bosques; consignándose al departamento de Santa Cruz con la mayor superficie deforestada, seguida por el departamento del Beni, Pando, Tarija y Cochabamba. En razón a esta información se ha estimado una tasa de deforestación anual de 163 mil hectáreas[4]. Entonces, si tomamos los datos anuales de deforestación de 300 mil hectáreas generadas no solamente por INESAD, sino también por el Informe Nacional Bolivia – FRA Bolivia, se observa una considerable e importante reducción de la deforestación entre esos años.

Finalmente, en el marco de la Convención Marco de Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático, se ha reconocido que la mayor parte de los gases de efecto invernadero se generan en los países industrializados. Sin embargo, en América Latina existen actividades relacionadas con la industria, el transporte, la agricultura, la silvicultura y la generación de residuos que igualmente producen este tipo de gases. Su principal contribución al cambio climático es a través de la deforestación, la degradación y el cambio del uso del suelo. En el caso Boliviano, todos los procesos de deforestación están contribuyendo al Cambio Climático pero también nos están generando las siguientes consecuencias:
  • -          Menor disponibilidad de agua.
  • -          Aumento de inundaciones y sequias.
  • -          Reducción de rendimiento de la agricultura en zonas de baja latitud.
  • -          Pérdida de la Biodiversidad en áreas tropicales y semiáridas.



Fig. 2. Impactos del Cambio Climático: Sector Productivo agropecuario, ciudades, gente y fauna silvestre.


Marco Normativo e Institucional Sobre Cambio Climático en Bolivia.
Con la promulgación de la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral Para Vivir Bien Nro. 300 (Ley Nro. 300), se instaura en Bolivia un marco normativo que permite enfrentar el Cambio Climático, pero además regular el desarrollo de las actividades productivas basadas en la aplicación de los principios y garantías de restauración de la Madre Tierra, no mercantilización de las funciones ambientales, regeneración de la Madre Tierra, de responsabilidad histórica, prioridad de prevención, complementariedad y equilibrio, integralidad, diálogo de saberes y la complementariedad de derechos individuales y colectivos, así como los derechos de la población urbana a vivir en una sociedad justa y los derechos de la Madre Tierra.

La Ley Nro.300 cuenta con dos partes, la primera de ordenen general que establece la visión y los fundamentos del desarrollo integral en armonía y equilibrio con la Madre Tierra para Vivir Bien, garantizando la continuidad de la capacidad de regeneración de los componentes y sistemas de vida de la Madre Tierra, promoviendo la recuperación y fortalecimiento de los saberes locales y conocimientos ancestrales, en el marco de la complementariedad de derechos, obligaciones y deberes; así como los objetivos del desarrollo integral como medio para lograr el Vivir Bien, las bases para la planificación, gestión pública e inversiones y el marco institucional estratégico para su implementación, teniendo alcance en  todos los sectores del nivel central del Estado Plurinacional de Bolivia y de las entidades territoriales autónomas en el marco de las competencias asignadas en la Constitución Política del Estado.

La parte especial que establece la constitución de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra que tiene competencias en planificación, gestión, monitoreo y evaluación sobre Cambio Climático. Además de administrar y ejecutar políticas y estrategias, planes y programas relacionados con el cambio climático, es una de las entidades centrales para garantizar el respeto de los derechos de la Madre Tierra en la práctica. Está autoridad está orientada en términos prácticos a fortalecer y promover acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, impulsando y fortaleciendo el desarrollo de sistemas productivos sustentables en el país.

La Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra opera técnicamente a través de mecanismos de carácter técnico, metodológico y financiero. La Ley Nro. 300 establece la creación de cuatro Mecanismos para la gestión de la adaptación y la mitigación climática, de acuerdo al siguiente detalle:

  • -   Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y Sustentable de los Bosques y la Madre Tierra; que tiene por objetivo fortalecer, conservar y proteger los sistemas de vida y sus funciones ambientales, promoviendo y fortaleciendo la gestión social y comunitaria integral y sustentable de los bosques en el marco de metas conjuntas de mitigación y adaptación de los bosques. Se trata de un mecanismo que no está basado en mercados de carbono, y se constituye en el instrumento alternativo a los mercados de carbono en el contexto de REDD+ que Bolivia ha propuesto en la CMNUCC desde la COP 17.
  • -   Mecanismo de Mitigación para Vivir Bien; que está orientado a fortalecer y promover acciones de mitigación climática, incluyendo reducciones, limitaciones y acciones que eviten las emisiones de gases de efecto invernadero en distintas actividades industriales, productivas y energéticas entre otras.
  • -   Mecanismo de Adaptación para Vivir Bien; que está orientado a gestionar los procesos de adaptación al cambio climático en la seguridad alimentaria con soberanía, gestión de riesgos y gestión integral del agua.
  • -  Mecanismo financiero del Fondo Plurinacional de la Madre Tierra; bajo dependencia de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, que tiene como función principal canalizar, administrar y asignar de manera eficiente, transparente, oportuna y sostenible recursos financieros de apoyo a la realización de los planes, programas, proyectos, iniciativas, acciones y actividades de mitigación y adaptación al cambio climático de los Mecanismos de Mitigación y Adaptación de esta entidad.




Sin bien la Ley Nro. 300 ha sido promulgada en octubre de 2012, recién con la promulgación del Decreto Supremo Nro. 1696, comenzó el proceso de institucionalización de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, la misma que inicio su posicionamiento con la puesta en marcha del Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y Sustentable de los Bosques y la Madre Tierra (Mecanismo Conjunto), logrando hasta la fecha la adscripción del programa COMSEERBO Pando y quedando en proceso de adscripción las iniciativas de acuerdo recíprocos por agua de los municipios  de El Torno, Comarapa y San Carlos, así como el municipio de San Ignacio de Velasco.

Asimismo el Mecanismo Conjunto, permitirá iniciar un proceso de regularización y perfeccionamiento de derechos de uso forestal, la generación de incremento progresivo de valor agregado a través de la implementación de sistemas productivos sustentables, la diversificación productiva y la comercialización, todo esto a partir de la implementación de asistencia técnica y programas de fomento financiero directo para el desarrollo productivo, diversificado y con valor agregado de productos del bosque.


Acciones y Retos en el Manejo Integral de Bosques vs la Lucha Contra el Cambio Climático.
Desde el punto de vista político y normativo, es importante desarrollar políticas y normativas claras y coherentes, que vayan a contribuir en el cumplimiento y objetivación de la Ley Nro. 300, es decir en plasmar el desarrollo integral y sustentable de bosques en armonía y equilibrio con la Madre Tierra para Vivir Bien, a partir de la generación de beneficios sociales, económicos y ambientales de las poblaciones que viven en zonas de bosques.

En lo institucional, se deben realizar procesos formales de institucionalización de las entidades encargadas de velar por la gestión integral de los bosques y aquellas responsables de enfrentar el Cambio Climático, pues por la fragilidad institucional que existe no se pueden abrir o cerrar procesos de desarrollo de metodologías que permitan establecer criterios e indicadores como medidas de adaptación y mitigación al Cambio Climático en el manejo integral de los bosques.

En el caso específicamente boliviano, deberá realizarse un nutrido proceso de regularización y perfeccionamiento de derechos de uso forestal o saneamiento de bosques, pues de las 41 millones de hectáreas de tierras de producción forestal permanente, apenas 12 millones de  hectáreas de bosques cuentan con planes de manejo forestal, en la demás superficie se presume que no deberían existir actividades forestales, sin embargo estas se hacen presa fácil de grupos de personas que realizan un aprovechamiento ilegal de los bosques. Sin duda, la falta de implementación de instrumentos de gestión forestal, como los planes de manejo y planes de gestión integral de bosques y tierra, están generando daño económico a las entidades sub-nacionales y nacionales que cuentan con bosques y deberían percibir recursos financieros por concepto de aprovechamiento forestal.

En lo que concierne al manejo forestal, en municipalidades y departamentos convocación forestal se deberá instituir un proceso de ordenamiento forestal, con la finalidad de identificar el potencial forestal con el que cuentan, para luego cofinanciar planes de manejo forestal maderable o no maderables que permitan generar ingresos fiscales por concepto de aprovechamiento forestal, pero al mismo tiempo ingresos familiares de comunidades que cuentan con bosques, pero que en la mayoría de las veces comercializan sus productos a precios que solamente les alcanza para comprar productos de primera necesidad. De manera complementaria, se deberán desarrollar centros productivos comunitarios articulados a centros de procesamiento con alto valor agregado, los mismos que deberán generar condiciones para que comunidades con productos forestales maderables y no maderables, realicen una primera transformación del producto y seguidamente en ciudades intermedias y capitales le brinden el alto valor agregado para su comercialización en mercados nacionales o internacionales.

Finalmente, el estado Boliviano en el nivel nacional o subnacional deberá invertir recursos públicos, complementados por recursos de la cooperación internacional y el sector privado, primero para la elaboración de planes de manejo y seguidamente para la implementación de centros productivos comunitarios y la implementación de centros productivos que le brinden alto valor agregado a los productos del bosque. Quizás este proceso se podría comenzar por la industrialización de la almendra amazónica o brazilian nuts, asaí liofilizado (fruto de la Euterpe precatoria), entre otros que tienen una alta demanda en los mercados nacional e internacional. Sin duda, todas estas iniciativas permitirían generar beneficios de desarrollo socioeconómico y ambiental traducidos en la manutención de los ecosistemas forestales como fuente de agua, aire puro y vida que hoy en día aún representan.



[1] Informe Anual. Autoridad de Control Social y Fiscalización de Bosques y Tierras. Año 2010.
[2] Modelo Productivo Cruceño y su Rol ante el Crecimiento Económico de Bolivia. Lic. Carlos Schlink Ruiz. Año 2013.
[3] Reporte Iniciativa Thinkthank. INESAD Año 2012.
[4] Memoria Técnica del Mapa de Deforestación de Bolivia. Ministerio de Medio Ambiente y Agua. Año 2015.

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