Bosques y Cambio Climático
(Segunda Parte)
Coordinador Latinoamericano de la RELADEFA
Los Bosques y el Cambio Climático: Ámbito Nacional.
Bolivia cuenta con
una superficie de 1,1 millones de Km2 y una
población de 10,5 millones de habitantes. Aproximadamente el 48% de la
superficie total de Bolivia está cubierta de bosques, de las cuales 41 millones
de hectáreas han sido declaradas como tierras de producción forestal
permanente, de estas 11 millones de hectáreas se encuentran en áreas
protegidas, 2 millones de hectáreas en tierras con restricción y 28 millones de
hectáreas en tierras forestales sin restricción aptas para realizar
aprovechamiento. Cabe mencionar que la
mayor actividad productiva a realizarse en tierras de producción forestal
permanente es la de aprovechamiento forestal maderable, siendo inclusive
considerados a los desmontes ilegales incumplimiento de la función social o
económico social de conformidad a lo prescrito por el artículo 2 de la Ley del
Servicio Nacional de Reforma Agraria Nro.1715, modificada por la Ley de
Reconducción Comunitaria Nro. 3545; por tanto, causal de reversión del derecho
de propiedad conforme lo establecen los artículos 14 y 15 de la Ley Forestal
Nro. 1700.
Según el Informe
2010 de la Autoridad de Control Social y Fiscalización de Bosques y Tierras
(ABT), en Bolivia se han deforestado del año 1975 al 2010, más de 8 millones de
hectáreas de bosques[1],
cabe decir aproximadamente la totalidad y media de la superficie territorial
que comprende a la República de Costa Rica, la misma que abarca en hectáreas a
5 millones cien mil.
Sin duda este
proceso de desmonte ha tenido sus pros y contras, pues en el corto plazo y
desde el punto de vista del crecimiento económico del País, el sector
agropecuario se ha constituido en la fuente fundamental de alimentos, materia
prima para la agroindustria nacional, empleo e ingresos. Adicionalmente, genera
divisas a través de las exportaciones y promueve el empleo mediante el uso del
transporte de carga de los diferentes productos tanto agrícolas como pecuarios
del área rural a los mercados de consumo internos y externos.
Es importante
mencionar que uno de los departamentos con mayores ingresos por el desarrollo
de la actividad agropecuaria es el departamento de Santa Cruz, el mismo que
centra su desarrollo en los sectores agropecuarios, ganadería y manufacturas
(aceites de soya, torta de soya, girasol, caña de azúcar, maíz, trigo, ganado
vacuno, bovino, porcino, alimentos y bebidas). Sin embargo, en el mediano y
largo plazo los niveles de producción en términos de volumen han decrecido por
los efectos climáticos tan drásticos suscitados y la caída de algunos mercados.
En términos
nominales en la década 2001-2010 el producto interno bruto departamental
alcanzó un promedio de Bs. 25,3 miles de millones de bolivianos, pasando de Bs.
16,5 miles de millones de bolivianos el 2001 a Bs. 34,3 miles de millones de
bolivianos para la gestión 2010, generando un crecimiento de 107% del PIB
departamental en ese periodo[2].
Fig.1. Imágenes Satelitales
del Proceso de Desforestación en Santa Cruz. Contrastes Imágenes 1975 – 2003.
También se debe mencionar
que la frontera agrícola en el país ha tenido una tendencia irregular, ya que
hasta el año 2007 la expansión presentaba una tendencia ascendente, para
reducirse en el 2008 en 3% en el mejor momento a nivel internacional por los
altos precios internacionales, mejorar en 5% en el 2009, para luego caer
nuevamente en la gestión 2010 en 7%; todo esto también debido a los fenómenos
climáticos, la pérdida de algunos mercados y el poco acompañamiento de
políticas gubernamentales.
Por otro lado, según
datos de The Nature Cosnervancy y el Instituto de Estudios Avanzados en
Desarrollo, en Bolivia se deforestan anualmente 300 a 350 mil hectáreas de
bosques por el avance de la frontera agrícola, lo cual produce alrededor de 150
millones de toneladas de emisiones de CO2, o 15 toneladas per cápita de CO2 por
cada boliviano[3].
Asimismo, el
Ministerio de Medio Ambiente y Agua del Estado Plurinacional de Bolivia, ha
informado que durante los años 2010 al 2013 se han deforestado al menos 500 mil
hectáreas de bosques; consignándose al departamento de Santa Cruz con la mayor
superficie deforestada, seguida por el departamento del Beni, Pando, Tarija y
Cochabamba. En razón a esta información se ha estimado una tasa de
deforestación anual de 163 mil hectáreas[4].
Entonces, si tomamos los datos anuales de deforestación de 300 mil hectáreas
generadas no solamente por INESAD, sino también por el Informe Nacional Bolivia
– FRA Bolivia, se observa una considerable e importante reducción de la
deforestación entre esos años.
Finalmente, en el
marco de la Convención Marco de Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático, se
ha reconocido que la mayor parte de los gases de efecto invernadero se generan
en los países industrializados. Sin embargo, en América Latina existen
actividades relacionadas con la industria, el transporte, la agricultura, la
silvicultura y la generación de residuos que igualmente producen este tipo de
gases. Su principal contribución al cambio climático es a través de la
deforestación, la degradación y el cambio del uso del suelo. En el caso
Boliviano, todos los procesos de deforestación están contribuyendo al Cambio
Climático pero también nos están generando las siguientes consecuencias:
- - Menor disponibilidad de agua.
- - Aumento de inundaciones y sequias.
- - Reducción de rendimiento de la agricultura en zonas de baja latitud.
- - Pérdida de la Biodiversidad en áreas tropicales y semiáridas.
Fig. 2. Impactos del Cambio Climático:
Sector Productivo agropecuario, ciudades, gente y fauna silvestre.
Marco Normativo e
Institucional Sobre Cambio Climático en Bolivia.
Con la promulgación
de la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral Para Vivir Bien Nro.
300 (Ley Nro. 300), se instaura en Bolivia un marco normativo que permite
enfrentar el Cambio Climático, pero además regular el desarrollo de las
actividades productivas basadas en la aplicación de los principios y garantías
de restauración de la Madre Tierra, no mercantilización de las funciones
ambientales, regeneración de la Madre Tierra, de responsabilidad histórica,
prioridad de prevención, complementariedad y equilibrio, integralidad, diálogo
de saberes y la complementariedad de derechos individuales y colectivos, así
como los derechos de la población urbana a vivir en una sociedad justa y los
derechos de la Madre Tierra.
La Ley Nro.300
cuenta con dos partes, la primera de ordenen
general que establece la visión y los fundamentos del desarrollo integral
en armonía y equilibrio con la Madre Tierra para Vivir Bien, garantizando la
continuidad de la capacidad de regeneración de los componentes y sistemas de
vida de la Madre Tierra, promoviendo la recuperación y fortalecimiento de los
saberes locales y conocimientos ancestrales, en el marco de la
complementariedad de derechos, obligaciones y deberes; así como los objetivos
del desarrollo integral como medio para lograr el Vivir Bien, las bases para la
planificación, gestión pública e inversiones y el marco institucional
estratégico para su implementación, teniendo alcance en todos los sectores del nivel central del
Estado Plurinacional de Bolivia y de las entidades territoriales autónomas en
el marco de las competencias asignadas en la Constitución Política del Estado.
La parte especial que
establece la constitución de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra que tiene competencias en
planificación, gestión, monitoreo y evaluación sobre Cambio Climático. Además
de administrar y ejecutar políticas y estrategias, planes y programas
relacionados con el cambio climático, es una de las entidades centrales para
garantizar el respeto de los derechos de la Madre Tierra en la práctica. Está
autoridad está orientada en términos prácticos a fortalecer y promover acciones
de mitigación y adaptación al cambio climático, impulsando y fortaleciendo el
desarrollo de sistemas productivos sustentables en el país.
La Autoridad Plurinacional de la Madre
Tierra opera técnicamente a través de mecanismos de carácter técnico,
metodológico y financiero. La Ley Nro. 300 establece la creación de cuatro
Mecanismos para la gestión de la adaptación y la mitigación climática, de
acuerdo al siguiente detalle:
- - Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y Sustentable de los Bosques y la Madre Tierra; que tiene por objetivo fortalecer, conservar y proteger los sistemas de vida y sus funciones ambientales, promoviendo y fortaleciendo la gestión social y comunitaria integral y sustentable de los bosques en el marco de metas conjuntas de mitigación y adaptación de los bosques. Se trata de un mecanismo que no está basado en mercados de carbono, y se constituye en el instrumento alternativo a los mercados de carbono en el contexto de REDD+ que Bolivia ha propuesto en la CMNUCC desde la COP 17.
- - Mecanismo de Mitigación para Vivir Bien; que está orientado a fortalecer y promover acciones de mitigación climática, incluyendo reducciones, limitaciones y acciones que eviten las emisiones de gases de efecto invernadero en distintas actividades industriales, productivas y energéticas entre otras.
- - Mecanismo de Adaptación para Vivir Bien; que está orientado a gestionar los procesos de adaptación al cambio climático en la seguridad alimentaria con soberanía, gestión de riesgos y gestión integral del agua.
- - Mecanismo financiero del Fondo Plurinacional de la Madre Tierra; bajo dependencia de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, que tiene como función principal canalizar, administrar y asignar de manera eficiente, transparente, oportuna y sostenible recursos financieros de apoyo a la realización de los planes, programas, proyectos, iniciativas, acciones y actividades de mitigación y adaptación al cambio climático de los Mecanismos de Mitigación y Adaptación de esta entidad.
Sin bien la Ley Nro. 300 ha sido promulgada en
octubre de 2012, recién con la promulgación del Decreto Supremo Nro. 1696,
comenzó el proceso de institucionalización de la Autoridad Plurinacional de la
Madre Tierra, la misma que inicio su posicionamiento con la puesta en marcha
del Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y
Sustentable de los Bosques y la Madre Tierra (Mecanismo Conjunto), logrando hasta
la fecha la adscripción del programa COMSEERBO Pando y quedando en proceso de
adscripción las iniciativas de acuerdo recíprocos por agua de los
municipios de El Torno, Comarapa y San
Carlos, así como el municipio de San Ignacio de Velasco.
Asimismo el
Mecanismo Conjunto, permitirá iniciar un proceso de regularización y
perfeccionamiento de derechos de uso forestal, la generación de incremento
progresivo de valor agregado a través de la implementación de sistemas
productivos sustentables, la diversificación productiva y la comercialización,
todo esto a partir de la implementación de asistencia técnica y programas de
fomento financiero directo para el desarrollo productivo, diversificado y con
valor agregado de productos del bosque.
Acciones y Retos en
el Manejo Integral de Bosques vs la Lucha Contra el Cambio Climático.
Desde el punto
de vista político y normativo, es importante desarrollar políticas y
normativas claras y coherentes, que vayan a contribuir en el cumplimiento y
objetivación de la Ley Nro. 300, es decir en plasmar el desarrollo integral y
sustentable de bosques en armonía y equilibrio con la Madre Tierra para Vivir
Bien, a partir de la generación de beneficios sociales, económicos y
ambientales de las poblaciones que viven en zonas de bosques.
En lo
institucional, se deben realizar procesos formales de institucionalización
de las entidades encargadas de velar por la gestión integral de los bosques y
aquellas responsables de enfrentar el Cambio Climático, pues por la fragilidad
institucional que existe no se pueden abrir o cerrar procesos de desarrollo de
metodologías que permitan establecer criterios e indicadores como medidas de
adaptación y mitigación al Cambio Climático en el manejo integral de los
bosques.
En el caso
específicamente boliviano, deberá realizarse un nutrido proceso de
regularización y perfeccionamiento de derechos de uso forestal o saneamiento de
bosques, pues de las 41 millones de hectáreas de tierras de producción forestal
permanente, apenas 12 millones de
hectáreas de bosques cuentan con planes de manejo forestal, en la demás
superficie se presume que no deberían existir actividades forestales, sin
embargo estas se hacen presa fácil de grupos de personas que realizan un
aprovechamiento ilegal de los bosques. Sin duda, la falta de implementación de
instrumentos de gestión forestal, como los planes de manejo y planes de gestión
integral de bosques y tierra, están generando daño económico a las entidades
sub-nacionales y nacionales que cuentan con bosques y deberían percibir
recursos financieros por concepto de aprovechamiento forestal.
En lo que concierne
al manejo forestal, en
municipalidades y departamentos convocación forestal se deberá instituir un
proceso de ordenamiento forestal, con la finalidad de identificar el potencial
forestal con el que cuentan, para luego cofinanciar planes de manejo forestal
maderable o no maderables que permitan generar ingresos fiscales por concepto
de aprovechamiento forestal, pero al mismo tiempo ingresos familiares de
comunidades que cuentan con bosques, pero que en la mayoría de las veces
comercializan sus productos a precios que solamente les alcanza para comprar
productos de primera necesidad. De manera complementaria, se deberán
desarrollar centros productivos comunitarios articulados a centros de
procesamiento con alto valor agregado, los mismos que deberán generar
condiciones para que comunidades con productos forestales maderables y no
maderables, realicen una primera transformación del producto y seguidamente en
ciudades intermedias y capitales le brinden el alto valor agregado para su
comercialización en mercados nacionales o internacionales.
Finalmente, el
estado Boliviano en el nivel nacional o subnacional deberá invertir recursos públicos,
complementados por recursos de la cooperación internacional y el sector
privado, primero para la elaboración de planes de manejo y seguidamente para la
implementación de centros productivos comunitarios y la implementación de
centros productivos que le brinden alto valor agregado a los productos del
bosque. Quizás este proceso se podría comenzar por la industrialización de la
almendra amazónica o brazilian nuts, asaí liofilizado (fruto de la Euterpe
precatoria), entre otros que tienen una alta demanda en los mercados nacional e
internacional. Sin duda, todas estas iniciativas permitirían generar beneficios
de desarrollo socioeconómico y ambiental traducidos en la manutención de los
ecosistemas forestales como fuente de agua, aire puro y vida que hoy en día aún
representan.
[1] Informe Anual. Autoridad de Control Social y Fiscalización de Bosques
y Tierras. Año 2010.
[2] Modelo Productivo Cruceño y su Rol ante el Crecimiento Económico de
Bolivia. Lic. Carlos Schlink Ruiz. Año 2013.
[3] Reporte Iniciativa Thinkthank. INESAD Año 2012.
[4] Memoria Técnica del Mapa de Deforestación de Bolivia. Ministerio de
Medio Ambiente y Agua. Año 2015.
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